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En cuanto a la vid, ya durante el siglo XVI su cultivo estaba presente en Herencia, aunque éste se orientaba principalmente al consumo familiar. Pero ya en el siglo XVIII, las Relaciones de Lorenzana nos dicen que en Herencia abunda el vino, señalando una producción de 25.000 arrobas por quinquenio

En 1591 Herencia cuenta con 751 vecinos, de los que 20 son hidalgos y 10 clérigos, lo que supone unos 3.000 habitantes, aproximadamente.

En el año 1604 y posteriores, a consecuencia de malas cosechas por sequía y epidemias de tifus, se produce una crisis de población que no es superada hasta la segunda mitad de esa centuria, produciéndose en los años 80 de ese siglo otra época de crisis demográfica también por epidemia de tifus.

En 1.616, tras años de penurias, el Concejo pidió permiso al monarca Felipe III para repartir entre los vecinos la tercera parte de los pósitos de la villa, con el fin de sembrar sus barbechos. El permiso real llegó con una serie de instrucciones: que no se prestara a quien ya estaba en deuda y que se exigiera fianza cuando se prestaran más de 20 fanegas.

En el año 1.655 aparecen registrados en el Archivo Parroquial los fallecimientos de dos esclavas de vecinos de Herencia: Bárbara y María. No figura raza ni otras circunstancias.

El 15 de Noviembre de 1.656, se firma la escritura de fundación del Convento de la Merced por Don Juan José de Austria, hijo natural de Felipe IV y María Calderón.

En la centuria del 1.700, el llamado Siglo de las Luces, fueron tiempos prósperos para Herencia. En 1.707 viven en Herencia alrededor de 4.400 habitantes, y en el censo de Aranda, de 1.769, se contabilizan 7.574 habitantes.

Agricultura y ganadería, pues, se convirtieron desde un principio en la base de la economía de esta villa; sin embargo, a lo largo del siglo XVIII nacieron una serie de pequeñas industrias, todas ellas relacionadas con la ganadería y la agricultura, de forma que a finales de este siglo la villa presentaba un panorama halagüeño: una rica agricultura, con huertos, cereales, aceite, vino, barrilla, salicor y azafrán; una ganadería abundante y una industria y comercio en expansión gracias al trabajo de la lana, fabricación de jabón y una numerosa arriería.

Continúan nuevas roturaciones y presiones demográficas; se rotura la Serna, que hasta entonces se venía utilizando para recrío común de caballos.

Se consolida la concentración de la propiedad de la tierra; la economía local ha evolucionado. En el año 1.785 se obtienen 1.800 arrobas de lana, 1.200 fanegas de cereales, y comienzan a tener importancia el cultivo de hortalizas (19 hortelanos que ya salían a vender a otras localidades); cobran importancia también el aceite, vino, azafrán y ganado mular; se producían 7.000 corderos y 1.000 arrobas de queso.

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